Manos, computadora, librosFoto: Pixabay.com

COMUNICADO generado por Fundación Flamboyán   

San Juan, Puerto Rico (24 de agosto de 2020) – Un plan integral efectivo para un reinicio de clases seguro y accesible a todos los estudiantes se hace más crítico que nunca en Puerto Rico, luego de interrupciones del sistema educativo por huracanes, terremotos y la pandemia. Así lo reclamaron un grupo de fundaciones filantrópicas que apoyan a la educación y a las comunidades en la Isla.

Las fundaciones del Tercer Sector analizaron el estado de la educación actual y compartieron sus recomendaciones al Departamento de Educación en el documento “Educación segura y accesible: consideraciones para un plan integral para el reinicio de clases en Puerto Rico”. Se unieron en esta iniciativa Fundación Flamboyán, Filantropía Puerto Rico, Fundación Colibrí, Fundación Banco Popular, Titín Foundation, Fundación Comunitaria de Puerto Rico, Puerto Rico Education Foundation, Liberty Foundation y Fundación Segarra Boerman e Hijos, Inc.

Carlos Rodríguez Silvestre, director ejecutivo de Fundación Flamboyán, expresó que “las recomendaciones que incluimos en este documento seguirán siendo vigentes, críticas y urgentes. Las principales son: implementar medidas de salubridad tanto para el personal docente y administrativo como para los estudiantes; atender las necesidades holísticas de los estudiantes; asegurar equidad en el acceso a la educación pública; escuchar e involucrar a las familias, ya que dentro del contexto de la pandemia las familias deben estar al centro de la planificación pues estas van a llevar una gran parte de la educación a distancia; y garantizar una comunicación efectiva y transparente”.

A través del esfuerzo en conjunto con todas estas organizaciones “estamos no solo compartiendo los conocimientos y la pericia que hay en la Isla, sino también recalcando la oportunidad de colaboración entre el Tercer Sector y el Departamento de Educación”, añadió Rodríguez Silvestre.

Alexandra Hertell, directora ejecutiva de la Fundación Segarra Boerman, manifestó por su parte que “la brecha tecnológica y de acceso al internet exacerba la inequidad ya pronunciada en Puerto Rico. Las cifras de los estudiantes y maestros con falta de acceso a internet y/o computadoras en el sistema de educación público fluctúan, pero permanecen altísimos, en alrededor de un 60% según la oficina del censo de EE.UU. En realidad, es significativamente más alto en muchas comunidades, llegando en algunos casos hasta el 90%. Entonces, ¿cómo el Departamento de Educación se está asegurando de que estos estudiantes no se pierdan entre esta brecha? ¿Qué adaptaciones y especificaciones se están considerando para cada comunidad con sus particularidades de acceso? El DEPR podría incorporar distintas formas de aprendizaje que complementen una educación en línea. Por ejemplo, los estudiantes podrían recibir material didáctico impreso que refuerce los temas discutidos en clases virtuales. Se les podría enviar este material por correo, o podrían pasar por la escuela a recogerlos. Se puede utilizar la radio para implementar las clases. El DEPR necesita garantizar el acceso a la educación a todo estudiante y asegurarse de no marginalizar a los que más necesitan de su apoyo”.

Hertell añadió que el DEPR debe garantizar que “las comunidades, maestros y empleados escolares, padres y estudiantes deberían ser partícipes activos y consultados para las decisiones sobre su educación y planteles. Nadie mejor que ellos sabrá los retos que enfrentan y sus posibles soluciones”.

Por su parte, el presidente ejecutivo de la Fundación Comunitaria de Puerto Rico, Dr. Nelson Colón Tarrats, llamó la atención sobre el impacto emocional en los niños y jóvenes de tantos eventos catastróficos, y cómo atenderlos para la educación efectiva. “Nos ocupa el proceso de enseñanza aprendizaje de nuestros estudiantes ante tanta incertidumbre, que han vivido por los pasados años, desde el huracán María. Este año se acrecienta debido a la pandemia. Lo que supone una comunidad escolar con sus integrantes en interacción y aprendizaje continuo, se ha transformado en niños, niñas, jóvenes y padres conectados virtualmente en un ejercicio, casi unilateral, de enseñanza en el que el aprendizaje está supeditado a la capacidad de atención y enfoque que ese estudiante pueda tener”.

Hazel Colón Vázquez, directora de programas de Titín Foundation, comentó que “la educación siempre ha sido uno de nuestros enfoques medulares. A partir de los terremotos que afectaron a Puerto Rico, muy en particular al área sur, hemos estado atentos en apoyar y facilitar proyectos y plataformas que permitan la educación a distancia. Uno de los grandes obstáculos para que nuestros estudiantes puedan continuar con sus procesos de enseñanza es el acceso a la conexión de banda ancha y la falta del equipo tecnológico para lograr participar del material asignado y encuentros virtuales.  Esto no es un problema con una sola solución y estamos trabajando el asunto con premura y desde múltiples ángulos”.

A esos efectos, Colón Vázquez mencionó que su fundación, al igual que otras organizaciones del Tercer Sector, están identificando fondos federales para proveer y robustecer el acceso a internet, pero aún no hay estructuras organizacionales para accederlos efectivamente. “Estamos trabajando en una colaboración con el Economic Development Administration (EDA) del Departamento de Comercio federal en múltiples iniciativas como LabF3S para crear capacidad en el tercer sector que incida sobre el acceso y manejo efectivo de estos fondos”, señaló. Colón Vázquez añadió que lideran un Primer Distrito de Desarrollo Económico (DDE) con designación federal en Puerto Rico, con 10 industrias que incluyen el sector educativo y el sector sin fines de lucro, del cual saldría un proyecto piloto de conexión a internet para dos municipios que podría replicarse en otras regiones de la Isla para apoyar a los estudiantes.