El representante de la beca del PGA Legacy Fund for Puerto Rico, José Ismael Irizarry, tuvo la oportunidad recientemente de conocer al segundo becario del fondo, Francisco Betancourt Morejón.  

El estudiante, de 18 años, cursa el primer año de bachillerato en ejecución de trompa francesa, en el Conservatorio de Música de Puerto Rico.

Durante el encuentro, don Ismael se mostró muy alegre por la oportunidad de compartir con Francisco, y comentó que la inversión filantrópica del fondo “va a seguir hasta que ‘Colón baje el dedo’ porque esto es un legacy, no va a acabar este fondo (porque es a perpetuidad). ¡Y quisiéramos darles a cinco trompistas más! En algún momento lo haremos”. 

Antes de morir, PGA –cuyo nombre prefirió permaneciera bajo anonimato– dejó un legado testamentario en el que designó a su querido amigo Ismael como representante principal del fondo, además de dejarle en sus manos la selección del enfoque de la iniciativa filantrópica. Actualmente, el fondo otorga esta beca y apoya a la comunidad de personas veteranas y el bienestar de animales (canes).

Esa fue la oportunidad que le permitió a Ismael diseñar, junto con la asesoría filantrópica de la Fundación Comunitaria de Puerto Rico (FCPR) –donde se estableció el fondo–, una beca que ofreciera apoyo económico a estudiantes de la trompa francesa, un instrumento de difícil ejecución y poco común. Ismael conoció de la trompa francesa gracias a su exesposa, a quien a diario escuchaba practicar e interpretar el instrumento, cuyo sonido describe como hermoso. 

Mientras, Francisco confesó que nunca pensó que podría ganarse una beca.

“Honestamente, nunca pensé que me iba a ganar una beca, así que estoy muy orgulloso de mí, pero todavía estoy como procesándolo”, compartió el trompista, residente de Caguas.

Entre sus metas está tocar en el extranjero y formar parte de orquestas y bandas sonoras, que es donde generalmente se toca la trompa francesa.

“Recuerdo ver películas como Star Wars, Jurassic Park y Harry Potter, y rápido distinguir el sonido de la trompa, ya que John Williams suele utilizar la trompa para llevar sus melodías. Fue eso lo que provocó mi interés por aprender y desarrollarme en este instrumento. La trompa ha sido mi compañero por más de siete años. Y he tenido la dicha de haber tenido un excelente maestro desde mis comienzos, el maestro Joel Ruiz. Me siento muy orgulloso de mi desarrollo musical”, dijo en su ensayo de solicitud de beca.

Francisco también quiere formar parte de iniciativas comunitarias que faciliten el acceso a la música, compartió.

Previo a Francisco, la beca fue concedida, en dos ocasiones, a Melissa Niño Rivera, quien actualmente está tomando una certificación con la aspiración de ofrecer clases de música.

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